Sankofa: “Vuelve y aprende del pasado.” (pueblo Ashanti (Akan) Ghana Aprenda sobre y regale o regálese patrimonio puertorriqueño. ¡Gran opción para regalos de Navidad o de Reyes y no tiene que arriesgarse con el COVID porque es todo sin contacto! Ya puede comprar el libro “La jicotea y el caballo” en Amazon. Es una historia basada en un cuento folclórico afropuertorriqueño que nos habla sobre la importancia de la solidaridad en tiempos de reto. Ilustrado muy significativa y magistralmente por Tere Marichal. Para comprar, oprima aquí. También acabado de salir De arañas, conejos y tortugas. Presencia de África en la cuentística de tradición oral en Puerto Rico. Segunda edición aumentada y corregida. Edición electrónica por el momento, pronto en papel. Puede conseguirlo en amazon. Trata de la investigación que hizo la autora sobre el cuento folclórico afropuertorriqueño. Incluye transcripciones de cuentos y de música. La ilustración de la portada es de S. Damary Burgos. Para comprar oprima aquí. “La cenicienta puertorriqueña”. Cuento basado en las versiones folclóricas puertorriqueñas que no se parecen en nada a las de Disney y que nos hablan de otra realidad y otras opciones autoafirmativas para las mujeres, lejanas de las que la cultura patriarcal les impone. S. Damary Burgos ilustró este texto con mucha sensibilidad y sentido de actualidad, complemento que convierte la edición en una hermosa obra de arte. Ventas: ath móvil. Envíe mensaje de texto primero a 787-597-1986 Se hacen envíos. Paypal: compayanimalito@yahoo.com “Araña y el buey”. Cuento basado en la versión afropuertorriqueña de un texto muy conocido en África, todo el Caribe y el sur de Estados Unidos. Es una aventura de Anansi la araña africana, que en Puerto Rico es Compay Araña. Tere Marichal ilustró el texto con mucho simbolismo y sentimiento lo que convierte el texto en un regalo de autoafirmación y arte. Ventas: ath móvil. Envíe mensaje de texto primero a 787-597-1986 Se hacen envíos. Paypal: compayanimalito@yahoo.com publicaciones #folclorpuertorriqueño
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La única fiesta de Estados Unidos impuesta en Puerto Rico, que me atrae es la de Acción de Gracias. Y no porque la sienta mía -porque obviamente su historia no me pertenece, y el contexto no es celebrable- sino porque se convirtió en un espacio más de amistad entre mi mamá y yo. Poco a poco nos dimos cuenta de que ese menú nos gustaba porque en mi casa siempre se cocinaba muy rico. Tanto mi papá como mi mamá eran excelentes cocineros y salí a ellos en el gusto por la cocina. No puedo meterme a la cocina ese día sin que vengan a mi cabeza y corazón memorias entrañables de mi mamá. Por otro lado, la idea de dar gracias a Dios, no solo no me es ajena, sino que es parte de mi formación. La celebración familiar se ha transformado y ciertamente, nada es igual desde que mi madre y mi padre murieron. Aunque perdió parte de su encanto para mí, a medida que los años han ido pasando y me he ido acostumbrando a no tener a mami cerca, he podido enfocarme en otras cosas. Y el ritual de dar gracias no lo he perdido. Este año daré gracias escribiendo algo a dos manos. O a mano y media. Conocí a Julie Beldin, porque a Julie Quiñones Arias solo la conocí cuando murió, de la manera más increíble. Pero la generosidad era la manera en que tenía que llegar. No sabía otra. Yo asistía a un grupo de acuaeróbicos que se reunía en la YMCA de Mayagüez. Al pasar a manos de otra asociación, tuvimos que mudarnos a otra piscina de una familia; al vender esa casa, nos quedamos en la calle. Un día una de las amigas dijo que alguien conocía a una señora en Cabo Rojo que está dispuesta a recibirnos. Era extraño porque no la conocíamos, pero por seguir nuestra rutina, estábamos dispuestas a cualquier cosa. Llegamos a la casa en Cabo Rojo y allí nos recibieron Julie y Dick. Cuando le insistimos en que queríamos pagar (nadie entendía ese desprendimiento) Julie nos calló la boca para siempre: “Yo no quiero que me paguen, yo solo quiero tener amigas.” De ahí en adelante la veíamos todas las tardes a las 5:00 sin fallar. Ese espacio fue parte de un regalo especial que Julie nos regaló por más de 5 años. La piscina estaba sola en una lomita rodeada de una hermosa vegetación, por las tardes venían los zorzales con los que Julie tenía una relación: ella les cantaba y ellos le contestaban. Cada vez que escucho uno no puedo evitar recordarla con amor. Durante el tiempo que nos permitió usar su piscina, disfrutamos de su compañía. Jamás se bañó con nosotras, pero era nuestra compañía infaltable. Nos hacía postres, nos sorprendía con platos de su cocina, porque Julie era una gran cocinera. Cuando las otras amigas fueron dejando la rutina porque venían de Mayagüez a Cabo Rojo y no siempre era fácil, me fui quedando sola con ella. Esas tardes con Julie, los zorzales y las orquídeas de Dick, son un recuerdo que me acompaña siempre. Fue ahí que nos fuimos haciendo más cercanas. Julie me regalaba un cariño especial, lo sentía en su mirada, en sus alcahueterías, en sus postres, en los regalos que me hacía. Me daba gusto pensar que le había cumplido a cambio de su piscina. No tuve que hacer nada, Julie era un ser excepcional. No había manera de no quererla, imposible impedir un proceso que se dio tarde, tras tarde, atardecer tras atardecer, conversación tras conversación. Julie me llevaba muchos años, creo que por eso me regalaba tanta ternura. Estoy acostumbrada a tener amigas muy queridas mayores que yo, pero con Julie era diferente. A veces pensaba que me regalaba un afecto parecido al que hubiera podido recibir de mi mamá. Sin embargo, nuestras conversaciones nunca fueron de cosas muy personales. Hablábamos de su iglesia, de su historia en Lares, de su familia, de la mía, de temas de actualidad. No es que compartiéramos secretos o intimidades, pero el cariño que Julie me regalaba, me hizo quererla como si la hubiera conocido de toda la vida. La escena más dulce y a la vez más triste de mi relación con ella fue, cuando habiéndola ganado el Alzheimer (entiendo que, rayando los 90 años, porque pocas mujeres tan sanas y con tanta energía he conocido) uno de los días que la fui a visitar al hogar, partiendo de que no me reconocía, la llamé: ¡Julita! y salió de su sopor, me miró fijamente a los ojos y se le iluminó el rostro. No pedí más, sabía que nos habíamos comunicado una vez más y por última vez. Esa escena es otro de los regalos que su amistad me dio. Por Julie, conocí a Dick, el amante más fiel que he conocido. Cuando Julie enfermó y ya se veía que era un peligro tenerla en la casa, Dick tomó la decisión más valiente que le he visto tomar a alguien por amor: se internó con ella en el Hogar. Dejó su hermosa casa en la loma, con vista al mar, atardeceres y amaneceres inolvidables, su balcón fresco, su libertad y su privacidad para encerrarse literalmente entre las 4 paredes frías de un Hogar de Ancianos. ¡Es que eran tal para cual! Creí que era una magnífica ocasión para dar gracias por la presencia de Julie en mi vida, transcribir el producto de una asignación que le di un día, después de tanto oírla hablar sobre Castañer. Le regalé una libreta y le dije: “Julie, escribe en este cuaderno todo lo que me has contado a mí." Y según de afanosa era en la cocina, así de diligente se la llevó y en poco tiempo, me la devolvió, con las historias que ahora transcribo tal cual. Los títulos de cada parte son de ella. Memorias de mis padres Antonio Quiñones y María Arias Lo que relato es cierto: Mis padres nacieron en Lares. Para ese tiempo había mucha pobreza. Había poco trabajo. Papá aprendía cualquier oficio, tenía talento y aprendió el arte de hacer oficios. Un buen español le enseñó. Así pudo mejorar la situación económica y pudo comprar una casita. Tuvo su propia zapatería cerca de la plaza del pueblo. Él compraba las pieles en Isabela. Para hacer un zapato cortaba un pedazo de piel en un molde que hizo. Esto lo unía atrás. En la máquina industrial le hacía florecitas en filas [ilegible] de tres colores pues eran zapatillas para mujer. Sus tres ayudantes cogían el zapato y lo ponían en una horma de hierro y le ponían la parte de abajo y claveteaban la suela y el molde que hizo mi papá. Entonces papá le daba el último toque, la suela quedaba enana [¿?] y no se veían los clavos y se terminaba el zapato bien bonito. Nosotros usábamos esa clase de zapatos por mucho tiempo- y familias enteras iban para que sus hijos tuvieran zapatos hechos por él. Él era el único que los hacía en Lares, otros que decían ser zapateros eran los que recomendaban. Papá hacía botas para los mallorquines españoles, pues había varios españoles en las haciendas, en los campos, para mujeres ricas zapatillas muy bonitas. Solo los españoles les compraban. Además de hacer zapatos él aprendió música: flauta y clarinete. Tocaba en una pequeña orquesta de Lares en actividades del pueblo y para las fiestas patronales y en las dianas. También él enseñaba a otros. Papá fue masón y llegó a un grado alto de la masonería. Yo no lo veía, pues no estaba por allí todavía. Mamá tuvo oportunidad de aprender a coser con su mamá. Me contaba que su mamá tenía un carácter fuerte. Si hacía algo incorrecto en la costura tenía que hacerlo de nuevo, así también en el bordado, tejido, y en hacer encajes. La abuela era una mujer que hacía de todo – talabartería , asientos para caballos. Así ganaba el dinero para sostener la familia pues el español esposo la abandonó. Éste era de [ilegible] Asturias – era mayordomo en Haciendas. Mamá sabía hacer trajes de hombres. Usaba tela de hilo blanco, así vestían los españoles de las Haciendas de Lares. Hacía trajes para bailes a las damas ricas. También hacía el ajuar de bodas en encajes, fundas, cojines y paños de mesitas. Además de todas esas cosas, ella hacía dulces de coco, de guayaba, postres de crema planchada para los domingos y cazuela. Para ese tiempo había un fogón de cemento con 4 hornillas y se usaba carbón. Para hacer bizcochos ella hacía un horno con una lata de galletas. Yo me acuerdo que le hacía agujeros a los lados de la lata y le metía pedazos de alambre y ahí ponía lo que iba a hacer, la tapa tocaba la candela pues tenía el roto de la tapa y hacía una puertecita para sacar lo que hacía. Era bien curiosa. Tenía un carácter fuerte era no era no, no discusiones. Fue una madre buena y servicial. Creía en los muertos que se aparecían. Sembraba gandules en el patio, yautías, y guineos y toronjas. Tuvo 9 hijos- los primeros murieron de difteria, para ese tiempo no había medicamentos. Siempre estuvo orgullosa de ser española criolla. Así pudo sostener la familia. Mis hermanas fueron a la UPR. Yo también. Carmencita estudió enfermería. Lares Pueblecito pequeño, de una sola calle. Pintoresco. Fue poblado por españoles en el 1833. Hay muchas fincas y los españoles formaron esa finca porque no era de nadie. Construyeron casas grandes las cuales llamaron haciendas. Tenían esclavos para atender el terreno y sembrar frutos, chinas, guineos, café, viandas. Café era lo más que vendían. El pueblo tiene una Plaza llamada la Revolución, pues fue que se reunieron los patriotas que quisieron al pueblo libre del yugo español. La revuelta duró poco. Hoy día hay haciendas en un barrio de Lares llamado Castañer. Es bien conocido, pues durante la segunda guerra mundial vino un grupo de norteamericanos. Este grupo fue hecho prisionero por el gobierno de Estados Unidos. Ellos no eran partícipes de la guerra llamados objetores de conciencia (¿conscientious objectors?) Forzados a trabajar en un campo alejado vinieron doctores, músicos, maestros, trabajadores sociales, ministros, estudiantes de colegios, enfermeros y enfermeras, ingenieros, agricultores. Vivían en casetas. Su trabajo fue reconstruir la comunidad pobre, que había. Manos a la obra, empezaron con un pequeño laboratorio para curar a los enfermos. Había mucha tuberculosis, anemia, parásitos. Construyeron una clínica pequeña. Después una clínica, escuelas, un centro de recreación, visitas a los hogares y poco a poco hicieron un hospital el cual existe todavía y una escuela superior. Al terminar la guerra podían retornar a sus hogares. Algunos se casaron. En el año 1945 hubo un fuego grande en Lares en un sector cercano a la Iglesia Católica. No había bomberos en Lares. Se quemó parte del pueblo porque había casitas de madera en un sector concreto. [No se entiende] cuenta que una señora tenía una vela prendida al medio día y esto hizo que se prendiera todas las casas alrededor. El grupo de Castañer vino con catres y ropa para los que perdieron sus casas. Les cocinaban e hicieron casetas para dormir en la plaza del pueblo. Entonces el gobernador mandó ayuda y de ahí en adelante hicieron un caserío de cemento. Toda la gente quería venir a Lares a ver el “fuego”. Castañer sigue siendo un sitio para visitar las Haciendas. Proyecto El Guacio Centro de Servicios Cristianos Comienza con dos ministros presbiterianos que habían comprado una finca de 100 cuerdas en el Barrio Guacio. Ellos habían ido a Castañer a visitar los que hicieron en la comunidad y tenían la idea de hacer algo parecido en Guacio. Hablaron con una pareja que estuvo en ese proyecto y los invitaron a Guacio. Estos vinieron en bicicleta desde Castañer a San Sebastián que es donde está el posible proyecto y les agradó el sitio. El barrio Guacio es de 100 cuerdas -caña, guineos, toronjas, china, café. Solo había una casa -llamada Casa Grande y ahí se quedarían dos años trabajando. Comenzaron con la caña, cogieron obreros del barrio para que bregaran con la limpieza del monte. Ellos se fueron a visitar la gente muy pobre. Las casitas eran techadas de cartón, yaguas de la palma. Dormían en el suelo, nada que comer. Había mucha pobreza- enfermedades, anemia, sífili, y otras más. Esta pareja se dedicaron a mejorar. Se le pagaba a los peones en cortar caña y así tenían algunos chavitos para comprar en una tiendita que había. El señor Lebrón les fiaba. Se comenzó en los laboratorios un círculo de iglesia. Sucedió que el esposo de Jean Harrison [es lo que entiende quien transcribe] se enfermó y murió. Ella tuvo que abandonar el proyecto. La Iglesia Presbiteriana envió al Reverendo Donav Dod empezaron a reclutar personal en los estados -voluntarios- Vinieron personas de E.U. dejaron sus estudios por 2 años para ayudar en construcción. Vino con su familia enfermeros, maestros. Dr. Bert tomó posesión para mejorar la salud de todos. No había hospital en Las Marías que está cerca. No había agua potable, no había luz eléctrica. Abrieron un salón para laboratorio y se chequeaba a todos. Se les daba medicamentos se repartía leche de cabra a los niños pequeños. Poco a poco se fue construyendo escuelas. Se consiguió almuerzo de Las Marías. La enfermera y el doctor atendían los partos-antes era una comadrona. Se estableció una clínica- un edificio para hacer como iglesia biblioteca. Se enseñaba a algunas mujeres a aprender a escribir y leer y coser guantes de una casa de Mayagüez. Así las mujeres ganaban unos chavitos. De los Estados Unidos mandaban ropa y esta se vendía a 5-10-15 chavos. Guacio tenía de todo. Jóvenes venían a ayudar -recibían $10.00 por mes para lo necesario. Todos tenían un talento. La escuela dominical creció y hay una iglesia. El Doctor Dod mientras hizo una labor grande. Un sitio para la juventud venir los veranos a pasar una semana para estudiar la religión. Yo estuve envuelta en algunos de estos proyectos. Yo era la trabajadora social- subía los cerros con un bultito con tijeras para recortar pelo a las mujeres y niños. Yo orientaba a las mujeres a que no tuvieran tantos hijos – se consiguió que en un hospital de Mayagüez pudieran operarlas – 2 fueron a operarse y salieron bien, entonces todas querían hacerlo también. Los hombres se oponían, pero como ellas seguían su rutina en la casa aceptaron. La Iglesia Presbiteriana E.U. mandaba dinero y después terminó su obra. Todavía está el proyecto Guacio-para actividades y conferencias de jóvenes cristianos y ministros los veranos. Tuve unas hazañas en todo esto. Yo iba solita (con Dios) por esos mundos a visitar – en algunas casas me daban café prieto en una latita, en otras en taza. Cuando llovía, y qué mucha agua, estaba en un cerro y no podía bajar la jalda pues había lodo-pues único remedio era eñangotarme y bajaba rápidamente, ensopada y con bache. La enfermera me invitó a subir al cerro Mirabales para que ayudara, una señora joven iba a dar a luz. Ella estaba preparada con su bulto y fórceps. Empezó el parto en la cama (se usaba poniendo una ponchera en el piso y la mujer tenía su bebé en el piso- pero la enfermera no lo permitía- en la cama le dijo- empezó a salir el bebé de pies – ella me decía ve halándolo estaba tan baboso que se resbalaba y yo lloraba porque no podía hacer nada. Ana usó el fórcept y lo sacó. Era una nena bien chiquita- la metió en una caja de zapatos y bajamos poco a poco y en la clínica había una camita para encubación. Otra de mis visitas había que cruzar el río que estaba bien bajito y brinqué las piedras. Llegué a la casa y estuve en la casita – y empezó a llover y cuando escampó- no podía pasar. Un buen señor me dijo súbete a mi espalda a caballito y así salí al camino a la Casa Grande donde yo vivía con otras muchachas voluntarias como yo. Un día el Director Mr. Dod me dijo voy a comprar una yegua para que tú la uses en tus visitas. En primer lugar yo no podía subir a la yegua- me ayudaron y alguien la ataba y después subía por una cuesta- entonces me dio temor- había un caballo más arriba relinchando y me caí por el rabo y dejé la yegua que se fuera con el macho. No volví más y le dije a Don Dod que no volvería a montarla. Para la Navidad había música, música son güiros y maracas parrandas. A veces iba con Carol que tenía un acordeón. Fui a un bailecito en casa doña Paca y un visitante americano. Allí me sacó a bailar un hombre pequeño borracho y me echó una caneca con alcoholado por el seno- qué angustia con esa peste- nos fuimos a la casa. Tenía que cepillarme. Guacio era parte de mi vida y sigo visitándolo a los pocos que quedan allí – buenos amigos. Había gente muy buena – me daban almuerzo pues el esposo trabajaba cuidando la finca. Tengo muchos recuerdos gratos. Hoy día el Campamento Guacio abre los veranos. Campamento para jóvenes, ministros. Notas: No sabía hacer arroz. Vino un grupo de E.U yo tenía que hacer el arroz. Comencé y ya que se veía que estaría le eché más arroz y habichuelas secos ¡qué desastre! nadie pudo comerlo. Otra voluntaria quería tostones pues creyendo que se ponían en el horno, así lo hizo. Salieron como paletas. En una ocasión Paul era el que daba mantenimiento a los cerdos y vacas. Venía visita para el proyecto y me tocaba cocinar. Le dije Paul yo quiero 20 gallinas y él las mató y las trajo a la cocina – qué revolú se formó- todo el personal tuvo que dejar sus tareas para [no se entiende] gallinas y sacarle las plumas. Solo necesitaba 2 gallinas para la comida. Me chotearon. Cuando salí de Guacio pasé a Bienestar Público- trabajadora social. Había que ir a los campos a visitar a los que solicitaban ayuda. Era difícil tanta pobreza. A un anciano se le daban $5.00 por mes. A una familia de 10 hijos treinta dólares. Lo que pagaban $160.00 dólares – yo iba todos los días en público de Lares a San Sebastián. No me sobraba nada. Entonces conocí a Dick. Julie descansa en paz en su adorado Lares natal. Tantas veces ya con Alzheimer en sus inicios, la llevaron Dick y el infaltable y leal Jorge, a Lares, al cementerio a “hablar” con sus papás. Cada vez que Julie “extrañaba” a sus padres Dick y Jorge se montaban en el carro y con ella, daban el largo viaje de Cabo Rojo a Lares, a recontextualizar a Julie con sus memorias. Ni María, ni el cierre del cementerio impidieron que los restos de Julie llegaran hasta allí. Fue mi honor y mi placer ver tanto amor puesto en acción. En el hogar Beldin-Quiñones, no solo me mantuve el físico, crecí y alimenté mi espíritu con este ejemplo de amor, dignidad y entrega. ¡GRACIAS, JULIE! ¡Gracias, Dick! Nota de la transcriptora: Respeto la historia de Julie tal como la contó, porque responde a sus visiones de mundo. No siempre estaba de acuerdo con las cosas que me contaba o con su participación en la historia, pero desde este espacio de privilegio (la publicación) no es mi derecho juzgar su experiencia de vida. Su ternura y amor fueron nuestra experiencia de vida en común. Esta historia fue su presencia en Lares. ![]() Kily Vializ es un plenero, bombero y trabajador de la cultura, boricua y de Mayagüez, oriundo de la calle Cantera del Barrio Broadway de Mayagüez. Cantador, tocador, director y compositor, en febrero del 2020 publicó su álbum Boricua y de Mayagüez. Este album se produjo gracias a los fondos recibidos de una beca para artistas puertorriqueños auspiciada por la organizaciones de artistas con base en EEUU NALAC, Cultura Plenera y Flamboyán Foundation. A continuación presentamos nuestra entrevista con Kily. Revista Miradero (RM): Cuéntanos tu historia con la bomba. ¿Cómo te iniciaste en el género? ¿Cómo fue tu formación musical hasta llegar a donde estás hoy día? Kily Vializ (KV): Pues mi historia con la bomba está directamente relacionada con otro de nuestros ritmos autóctonos, la plena. Vengo de una familia en la cual se tocaba mucha plena y mucho aguinaldo sobre todo en mi familia por parte de madre. Mi padre tocaba plena y mi mamá tocaba y cantaba. Mis tíos y primos tocaban panderetas, incluso tengo un tío que hacía panderetas de olla. Yo desde pequeño cantaba y tocaba plena, entonces me fui relacionando y familiarizando con la bomba, pero sentía un respeto (y aún lo siento) muy grande por la bomba. No es hasta que el maestro de bomba mayagüezano y director del grupo Yagüembé me hace el acercamiento explicándome en teoría lo que es la bomba y despertó en mí el interés de aprender, ya entonces yo tenía como unos 18 o 19 años. Entonces el fenecido maestro tocador mayagüezano Juan Nadal me incita a cantar bomba cosa que tuve que trabajar muchos años. Entonces fui a coger clases en Villa Palmeras, Santurce, con el profesor Modesto Cepeda y simultáneamente entré a formar parte de Los Tambores de Félix Alduén y voy aprendiendo el estilo de bomba de Mayagüez. Yo tenía experiencia en grupos de plena y de salsa pero en resumen así fue como empecé y me formé en la Bomba. RM: Un principio fundamental del folclor es la combinación de tradición y cambio. ¿Cómo se une y cómo se separa la música de tu disco de la tradición bombera de Mayagüez? KV: La música de mi disco se une a la tradición bombera mayagüezana siguiendo unos patrones y variaciones rítmicas, típicas de la interpretación mayagüezana de la Bomba. Se describe el baile y algunos lugares en donde se baila bomba. Puedo decir que se separa en algunas mezclas de la bomba con otros ritmos en algunos pasajes de ciertas canciones, como en Bendita maraca en donde usamos la samba de mesa. RM: ¿Qué quieres comunicar con tus letras? ¿Cómo explicas la combinación o el diálogo entre tus letras y tus sones? KV: Yo quisiera comunicar en mis letras un sentimiento patriótico puertorriqueño y sobre todo un orgullo por la cultura y el trabajo cultural de muchos años en la región de Mayagüez y un homenaje a nuestros ancestros. Haciéndolo de una manera sencilla y simple, pero de manera consciente. RM: Además de la bomba, ¿tu música tiene influencias de otros ritmos africanos de otros países caribeños? ¿Es algo que te gustaría desarrollar en el futuro, quizás mediante colaboraciones con otrxs artistas afrocaribeñxs? KV: Bueno yo creo que estamos muy relacionados con los demás ritmos afrocaribeños. Yo hablo en uno de los temas de la tumba francesa, pero en ritmo holandé y creo que pues es obvio que la plena, que es el otro fuerte de mi disco, tiene su influencia africana. En este disco hago varias colaboraciones con otros artistas y es algo que me gustaría seguir haciendo en producciones futuras. RM: A pesar de todos los esfuerzos que han hecho grupos, personas e instituciones para dar a conocer la bomba, darla a respetar y promover su aprendizaje y cultivo, ¿piensas que todavía hay discrimen o estereotipación contra la música de origen africano en Puerto Rico? KV: Por supuesto que todavía existe discriminación y estereotipos contra nuestra música de raíz africana. Creo que hay mucho desconocimiento de nuestra verdadera historia y me parece que cada cual debe hacer su propia investigación sobre la verdadera historia de Puerto Rico y creo que la aportación negra y africana en Puerto Rico debería enseñarse en el sistema público de educación. Pueden seguir a Kily Vializ en su página de Instagram o en su página de Facebook. El disco Boricua y de Mayagüez está disponible en Amazon Music, Spotify, Deezer, Tidal, iTunes, Napster y CD Baby. Por: Julia Cristina Ortiz Lugo En Miradero tenemos empeño. Mantener este espacio es difícil, da trabajo y no hay muchas manos. Pero tenemos metas claras y somos firmes. Nos propusimos dejar un cuerpo testimonial de cómo estamos viviendo el encierro porque cada una de nuestras casas es un repositorio de cultura, de expresividad y de creatividad. Estamos creando los archivos para la posteridad. Y si bien no somos los únicxs con ese empeño, estamos enfocadxs en que nuestras aportaciones sí lo sean porque incluyen nuestra manera muy puertorriqueña de relacionarnos, de comunicarnos y de mantenernos en ese espacio tan diverso y tan ineludible que es la cultura. Cada familia, cada grupo que convive produce, casi sin darse cuenta, nuevas costumbres, nuevas percepciones y sobre todo nuevas redes en los múltiples roles que la nueva realidad nos ha ido adjudicando. Hemos hecho lo posible por mantener nuestros nexos, hemos bajado aplicaciones, hemos convocado virtualmente a familiares y amistades, hemos traspasado saberes, intercambiado conocimientos, escogido y difundido materiales jocosos, científicos, espirituales porque todxs nos hemos sentido responsables lxs unxs de lxs otrxs. A lo largo de todo ese proceso estamos produciendo folclor. Solo un valiente aceptó nuestro llamado (por ahora) y nos envió un magnífico testimonio de folclor familiar en la pandemia. Enrique Vargas de Repaso Noticioso nos envió un audio que entusiasma, que nos hace sentir felices e ilusionados y que nos confirma que nuestra idea tiene futuro. Para seguir entusiasmando y para mandar e ir le pedí a nuestro Director de Medios que compartiera una práctica que me ha parecido digna de conocerse porque involucra la experiencia de un padre primerizo, en la diáspora, y que me hace pensar en cómo los rituales y los medios se combinan con creatividad para comunicar y construir identidades culturales puertorriqueñas, en el seno de nuestras familias. Todo lo que verán en el video de Raúl configura un proceso que ciertamente podría convertirse eventualmente en una manifestación de folclor familiar. Raúl, además incorpora a su práctica familiar piezas de folclor de otras personas. Podemos mencionar: la integración de las canciones tradicionales, los comportamientos culturales que se repiten en grupos y las manifestaciones musicales que nos han acompañado a lo largo de nuestra historia como pueblo. La muestra nos permite participar de un proceso de tejido, un padre teje consciente y esforzadamente, con su pequeño hijo de dos años, una red de saberes, imágenes, memorias, afectos e ilusiones, todas ellas enmarcadas dentro de la experiencia del exilio, que siempre duele, pero que ahora, en esta pandemia ha dolido más de lo acostumbrado. Fecha de publicación original: 30 de marzo del 2020
Globalmente vivimos una situación que no habíamos vivido antes: una pandemia que ha llevado a múltiples países y regiones a cerrar sus puertas y a pedirles a sus habitantes que se encierren en cuarentena en sus hogares. Esto es un momento importante en la historia de nuestro país, nuestra región y el mundo entero. Por esa razón, nos gustaría aprovechar para documentar algunos elementos de esta experiencia colectiva (que si bien estamos llamados a quedarnos aisladxs, la estamos viviendo como grupos). La documentación de momentos como estos es imprescindible para que futuras generaciones entiendan mejor nuestra experiencia. Revista Miradero tiene como misión, entre otras cosas, “constituirse en el vehículo de divulgación e intercambio de estudios y proyectos de folclor y de la oralidad” y “ser el punto de partida para el ordenamiento, clasificación y publicación de materiales del folclor y la oralidad en Puerto Rico.” Conforme a estos postulados, queremos crear un archivo para documentar las diversas maneras en que los conocimientos, las maneras y los productos que se producen y se traspasan informalmente entre los grupos están circulando durante esta época de la pandemia. ¿Qué buscamos? Nos referimos a los conocimientos, las maneras y los productos que se producen y se traspasan informalmente entre los grupos. Se pasan de manera presencial o de manera virtual. Se traspasan en nuestra interacción en los diferentes grupos a los que pertenecemos. Pensemos en la creatividad que estamos disfrutando día a día mientras estamos encerradxs. Nos llegan memes, recetas, consejos para la salud, remedios caseros, ¡hasta sabemos de grupos que se están haciendo retos virtuales entre sí! Todo esto responde perfectamente a la definición que manejamos en nuestra Revista: conocimiento no oficial, que se genera en los grupos, se pasa informalmente, se expresa creativamente y se caracteriza por ser recurrente y común. Para ayudar a hacer un repositorio que quede como testimonio de estos conocimientos, prácticas y productos que circulan durante la cuarentena de la pandemia, pueden someternos videos, audios, fotos, escritos o hasta dibujos en que nos cuenten qué saberes están produciendo o compartiendo en medio de esta crisis. Algunas ideas para identificar estos saberes en su hogar:
Obviamente, estas no son las únicas situaciones en las que estos saberes, costumbres y productos aparecen en nuestros hogares, pero te pueden dar una idea del tipo de experiencias que queremos documentar. ¿Qué debes hacer? Documenta la actividad folcórica que estás haciendo en tu hogar y envíanosla a nuestro correo electrónico: revistamiradero@yahoo.com . Nos puedes enviar materiales en sus formatos originales o puedes subirlos a otra plataforma como YouTube y enviarnos el enlace. Cuando nos envíes tu contribución, asegúrate de decirnos tu nombre completo y desde donde te comunicas para poder categorizarlo y dar el crédito correcto. Aceptamos documentos y materiales de todo el mundo hispanohablante, pero debe ser, al menos, primordialmente en español o, en todo caso, tener subtítulos en español. No te preocupes porque tu documento sea “perfecto” o “complejo”. Lo importante es que documentemos la experiencia. Puede ser algo tan simple como tú hablando en cámara o en audio y contando tu experiencia. Pero tampoco te cohíbas si quieres mandarnos algo más: puedes filmar la actividad que estés haciendo según se desarrolle o fotografiarla o grabarla en audio. Puedes mandarnos minidocumentales si quieres. No importa cuán simple o compleja sea la documentación. Solo queremos enterarnos de cómo está presente el folclor en tu hogar en estos momentos. Fecha límite: Por ahora, aceptaremos materiales en todo momento mientras dure la pandemia. ¿Qué vamos a hacer con estos materiales? Idealmente queremos construir un archivo digital de libre acceso para que investigadorxs puedan utilizarlo para sus estudios del folclor. Esto implica que lo publicaremos por nuestra página de internet y en nuestras redes sociales. Al enviarnos tu material nos estás dando permiso para publicarlo en todas nuestras plataformas (incluyendo la Revista). Es importante que si en el material salen otras personas que no sea la que nos lo envía, que tenga permiso de quienes salen para publicarlo.
Adéntrate en el espacio de una barbería de pueblo puertorriqueña: Los Chamacos en Mayagüez, Puerto Rico. Conoce más sobre el oficio y sobre la función de este lugar de encuentro en nuestra entrevista con su fundador, Rafael García.
Hace algunas semanas, abrimos una convocatoria para que nos enviaran audios, videos, escritos, fotos o dibujos sobre cómo está presente el conocimiento no oficial, que se genera en los grupos, se pasa informalmente, se expresa creativamente y se caracteriza por ser recurrente y común ahora mismo en medio de la cuarentena causada por el COVID-19. Con esta convocatoria pretendemos crear el Archivo de la Pandemia. El 13 de abril del 2020 recibimos nuestra primera muestra para el archivo, cortesía de Enrique Vargas, encargado del podcast "Repaso Noticioso" y de la empresa creativa JYE Studio. En un audio corto, claro y preciso, Enrique nos cuenta de una tradición familiar que se veía amenazada por el distanciamiento social pero que lejos de morir, se transformó y tomó una nueva vida gracias a las tecnologías de comunicación e información con las que contamos. El autor, como buen creador de podcasts, nos transporta con sus palabras y con otros sonidos al bullicio alegre de sus reuniones familiares. No te pierdas esta valiosa primera muestra de nuestro Archivo de la Pandemia. Oprime aquí para escuchar el audio. ¿Tienes tu propio ejemplo de este tipo de práctica, conocimiento o producto hecho en la pandemia que quieres compartir con nosotrxs? Mira la convocatoria para que sepas lo que estamos buscando.
COMUNICADO DE PRENSA CUARTO ENCUENTRO PURA BELPRÉ DEDICADO A LA PROFESORA Y FOLCLORISTA CALIXTA VÉLEZ ADORNO San Juan, Puerto Rico (8 de mayo de 2019) – Como parte del compromiso con el quehacer cultural, la protección y la promoción de la literatura, canciones y juegos folclóricos puertorriqueños, Colectivo Contarte Inc. los invitan al Cuarto Encuentro Pura Belpré dedicado a la profesora y folclorista Calixta Vélez Adorno. Este es el tercer encuentro que el Instituto de Cultura Puertorriqueña auspicia. El mismo se llevará a cabo el próximo sábado, 18 de mayo de 2019 de 10:00AM a 2:00PM en el Archivo General y Biblioteca Nacional de Puerto Rico. En esta ocasión, dedicamos el evento a la profesora Vélez por su dedicación y compromiso para con nuestro folclor. El público disfrutará de conversatorios, talleres para niños y adultos, sesiones de cuentacuentos, juegos y canciones folclóricas y otras actividades enriquecedoras para toda la familia. Comenta la profesora Vélez que “ el uso de los juegos -en la escuela-puede lograr que la enseñanza se torne movida, variada, rica y retadora…También ellos se convierten en transmisores de conocimientos, que es uno de los logros morales y éticos de la educación, así proveemos al país de seres de alta calidad humana que se valoran a sí mismos y a los demás.” La profesora Julia Cristina Ortiz Lugo tendrá a cargo la presentación de nuestra querida Calixta y presentará la conferencia: Calixta Vélez Adorno y la investigación del juego folclórico puertorriqueño. El público podrá hacer preguntas y compartir con la profesora Vélez, especialista en juegos folclóricos. Esta es una gran oportunidad para que futuras maestras, padres y madres y todo adulto que desee fomentar los juegos folclóricos de nuestro país, puedan aprender sobre los mismos a través de la experiencia y sabiduría de Calixta. Además, la profesora Margarita Marichal ofrecerá la conferencia: El rol de los juegos en la preparación para la vida y la escuela. Este cuarto encuentro va a ser inolvidable y el público aprenderá juegos y canciones de antaño y disfrutará del arte de los naradores orales. Programación: 9:45 a.m. – Registro 10:00 a.m. - Bienvenida y saludo protocolar homenaje a Calixta. Comenzamos con canciones de los juegos folclóricos 10:15 a.m. Presentación a cargo de la profesora Julia Cristina Ortiz Lugo – Calixta Vélez Adorno y la investigación del juego folclórico puertorriqueño Presentación de Calixta- conversatorio 11:15 a.m. - Sesión de preguntas y respuestas para el público. 11:40 a.m. –12:50 Venta de bandejita de picadera y compartir con contadores de cuentos canciones y juegos folclóricos. ¿Recuerdas los juegos: Aserrín, aserrán; Un, do, li, tra; Doña Ana, entre muchos otros que ya casi no se juegan? Simultaneamente tendremos un conversatorio con la Sra, Adriana Santiago nos contará un cuento que recordaba de su infancia y una canción que cantaba su abuela. Ella estuvo años tratando de encontrar el cuento y…la historia la contará ella. – Cuando la memoria te lleva a buscar…el encuentro es para que el público dialogue sobre sus recuerdos sobre los cuentos, juegos y canciones. Para los niños De 10:00AM a 11:30 AM – tendremos un taller de creación de un juguete Inspirado en el cuento El caballo de los siete colores Presentación del cuento La Cucarachita Martina y el Ratoncito Pérez, a cargo de Tere Marichal Lugo. Se contará el cuento con la técnica kamishibai Actividades simultáneas: 1:00 p.m. -2:00 p.m. - Conferencia en el Anfiteatro a cargo de la profesora Margarita Marichal Lugo : El rol de los juegos en la preparación para la vida y la escuela 2:00pm – 3:00pm – venta de libros y compartir con Calixta. Para más información pueden llamar a Tere Marichal Lugo 787-636-3974 Por: Julia Cristina Ortiz Lugo El sábado 23 de marzo de 2019 en el Museo Casa Pilar Defilló en Mayagüez se celebró una actividad digna de destacarse y de repetirse en otros lugares de Puerto Rico. Ropajes: Volantes de lujo en la Bomba puertorriqueña, se trató de un homenaje a Lourdes Acosta Mercado, diseñadora de trajes folclóricos. Lo organizó la Escuela de Bomba de Mayagüez y fue la feliz y justa idea de su directora Jamie Pérez. Compartimos la biografía de Lourdes Acosta porque explica perfectamente el origen de su arte, adquirido en un proceso folclórico que se dio en el seno de su familia y como producto de la interacción con dos mujeres: su madre y su abuela paterna. Arte que luego Lourdes enriquecerá con el estudio más formal y con las múltiples experiencias artísticas de todo tipo que va acumulando sobre la marcha de su prolífica y diversa vida. Lourdes Acosta Mercado (biografía suministrada por Lourdes Acosta Mercado) Natural del Barrio Dulces Labios de Mayagüez. Hija única, que crece en un hogar repleto de expresiones artísticas de la aguja y rodeada de máquinas de coser. Fue su mamá, Rita Mercado Negrón quien a temprana edad le enseña a coser y a bordar a perfección. Mientras que su abuela paterna la introduce en el arte del tejido al crochet. Ha sido la costura lo que más la ha enamorado. De pequeña contaba con su mini atelier en el que realizaba vestidos para muñecas, poniendo en práctica todo lo que aprendía de sus mentoras. Estudió en el Colegio La Milagrosa y es allí donde descubre su habilidad para el dibujo, herencia tanto de su padre Sigifredo Acosta Seda, como de su abuelo paterno. Se graduó del Recinto Universitario de Mayagüez, “antes, ahora y siempre Colegio” donde obtuvo un Grado Asociado en Ingeniería Civil (con especialidad en dibujo y construcción de edificios), también completó su Bachillerato en Humanidades (con concentración en dibujo y pintura). Para reforzar sus conocimientos en la costura, se matriculó en el curso de Construcción de Patrones y Diseño de Moda que aún ofrece el prestigioso Colegio de Carlota Alfaro. Para la década del `80 trabajó en el Departamento de la Vivienda Municipal, conociendo allí a quien se convertiría en su esposo, Luis F. Santiago López. Luego pasó a laborar durante 20 años como delineante en la Puerto Rico Telephone Company. Es durante ese tiempo que llegan sus dos hijas Luz Elena y Leandra, quienes reviven su deseo por diseñar. En el año 2008 forma parte de la apertura de la Escuela de Bomba del Municipio de Mayagüez, es allí donde Lourdes comienza a coser sus primeras faldas para la Bomba. Ya para el 2009, junto a otras compañeras, confeccionan los primeros vestuarios folclóricos que serían utilizados en la Parada Puertorriqueña de New York, dedicada a Mayagüez. Hoy día, Lourdes Acosta se dedica principalmente a la realización de vestuarios folclóricos, no solo para la Escuela de Bomba de Mayagüez, sino también para el Ballet Folclórico Guarionex de Morovis, para el Ballet Folclórico Sabor Boricua de Arecibo, para el Grupo Arte Humilde de Utuado y para el Grupo de Danza Ensueño del Plan Médico MMM de Mayagüez. Resulta innovadora y justa la idea de resaltar con el esquema clásico del desfile de modas, las creaciones de una diseñadora de vestuario folclórico. Quienes allí asistimos disfrutamos de las explicaciones que dio Acosta Mercado sobre cada vestido, los materiales, su significado y su historia. Recuerdo que primero vi los trajes solos, colgados en la percha, mientras esperaban porque el día llegara y esa experiencia se convirtió en algo totalmente diferente cuando los pude ver lucidos por diferentes físicos de mujeres puertorriqueñas. Si bien los trajes de por sí tienen una hermosura indiscutible y para alguien que sabe del oficio, es una oportunidad incalculable de examinar los materiales, el dominio de la aguja y la combinación de colores y diseños; vivos en las mujeres, moviéndose al paso de la energía personal de cada una de ellas, naturalmente que es otro cuadro. Estos trajes se admiran y se disfrutan, pero se cosieron especialmente para contar una historia mediante la danza y la acción. Aprender a relacionarnos y darle valor a la creación de vestuarios folclóricos es otro proceso de conocimiento y aprecio que podemos y debemos continuar. Reconocer que el arte de la costura no es solo aquel que sale en las revistas de modas y más aún que siempre la costura fue un conocimiento muy valorado y protegido por nuestras mujeres, un discurso en sí mismo, es otra manera de reflexionar sobre lo que somos y lo que siempre nos ha representado. Las explicaciones de Lourdes Acosta sobre sus creaciones confirman que las divisiones tradicionales del quehacer artístico humano siempre han estado montadas sobre visiones de clase excluyentes y silenciadoras. Sus historias sobre su proceso de creación, construcción de metáforas visuales, así como interiorización de los contextos en los que sus trajes iban a usarse y su relación con la selección de materiales y texturas, revelan una conciencia muy fuerte, un dominio muy claro y una sensibilidad muy afinada sobre el oficio que desempeña y el valor que tiene lo que construye con sus manos. Considero importante esta actividad y repito que debe llevarse por todos los rincones de nuestra Isla porque hay mucha gente en nuestro país que degrada el quehacer folclórico o lo simplifica. Todos los días alguien con micrófono usa el adjetivo folclórico para ridiculizar, estereotipar y estigmatizar. Desde muchas parcelas diferentes se puede concienciar a nuestra gente de lo impropio que es usar las palabras sin rigor. Como lo demuestran las fotos que incluimos y los diferentes modelos que Acosta Mercado diseñó, estamos ante una manifestación artística de respeto, de tradición a la misma vez que innovación (ni más ni menos los dos componentes más característicos del folclor) y de pertenencia cultural arraigada y comprometida. Nombres de los diseños que se presentaron en la actividad: Traje de Novia de Pescador Traje de Novia de Mayoral Traje de la Bandera Puertorriqueña Traje Tradicional en Blanco Trajes Tiffany I y II (coloridos) Traje de Servidumbre Traje en Cuadros Trajes Tradicionales con Cuadros (2) Traje en Madrás 18 de marzo de 2019 Segundo Encuentro con Pura Belpré COMUNICADO DE PRENSA San Juan— 18 de marzo de 2019 — FINALIZA EL MES DE MARZO CON UN ENCUENTRO EN TORNO A LA PRESENTACIÓN DE LOS LIBROS: "LA CENICIENTA PUERTORRIQUEÑA" Y “COMPAY ARAÑA Y EL BUEY” DE LA PROFESORA JULIA CRISTINA ORTIZ LUGO San Juan, Puerto Rico -- El sábado 30 de marzo, en el Archivo General y Biblioteca Nacional de Puerto Rico, se llevará a cabo el Segundo Encuentro con Pura Belpré. En esta ocasión -esencial para estudiantes de educación y literatura, maestros, bibliotecarios, amantes de la literatura puertorriqueña y el público en general- quienes asistan disfrutarán de conversatorios, talleres para niños y adultos, sesiones de cuentacuentos y otras actividades enriquecedoras para toda la familia. "Esta es una oportunidad para compartir, aprender y disfrutar mientras nos adentramos en el mundo de la literatura folclórica e infantil puertorriqueñas que es rico en tradición, e innovador en formas que muchos no conocen", explicó Tere Marichal Lugo, de Contarte. "Si usted cree que conoce el personaje de la Cenicienta, le tenemos sorpresas. Acompáñenos y conocerá a una Cenicienta distinta y poderosa". Este día la profesora y folclorista, Julia Cristina Ortiz Lugo presentará sus libros más recientes: "La cenicienta puertorriqueña", ilustrado por S. Damary Burgos, y “Compay Araña y el buey” ilustrado por Tere Marichal. El evento, comenzará a las 10:00 AM y finalizará a las 3:00PM. Este es el segundo de un ciclo de 12 eventos que el Colectivo Contarte Inc. está organizando para llevarse a cabo durante el 2019, Año de Pura Belpré. El pasado encuentro y este han sido auspiciados por el Instituto de Cultura Puertorriqueña y el Archivo General y Biblioteca Nacional de Puerto Rico. El público podrá disfrutar de talleres de creación de títeres, conversatorios, conferencias, venta de libros, sesiones de narración oral de cuentos afropuertorriqueños, leyendas y cuentos sobre mujeres. La entrada es libre de costo. Las cuentistas que participarán e el evento son: Tere Marichal, Carmen Kortright, Damaris Vega, Marie Hernández, Aurora Rivera, Rashelle Burns, Johanna Domínguez y los susurradores del Colegio Taller Creativo de Caguas. 9:45am – Registro 10:00 am - Bienvenida y saludo protocolar 10:15 - Presentación de los libros “Compay Araña y el buey” y "La cenicienta puertorriqueña" de Julia Cristina Ortiz Lugo. La autora y las ilustradoras, S. Damary Burgos y Tere Marichal conversarán con el público. Esta es una actividad única ya que el público podrá conocer dos cuentos - hermosamente ilustrados- que han estado ausentes de la vida de las puertorriqueñas y los puertorriqueños. 11:15 - Sesión de preguntas y respuestas para el público. 11:30 – Venta de almuerzo a cargo de Onelia Pérez de "Cocinando Suave // Cuenta cuentos al aire libre con ocho cuentistas fascinantes. Actividades simultáneas: 1:00-2:00PM - Conferencia en el Anfiteatro:"La representación de las niñas y mujeres en la literatura infantil: una mirada panorámica a partir de la perspectiva de género”, a cargo de las profesoras Aura González Robles y Wanda de Jesús Arvelo. 1:00-2:00 Conversatorio con las compañeras de Luna Caribe, quienes coserán y contarán cuentos. Luna Caribe nace el 4 de junio del 2018, a partir de un junte entre COMUNA Caribe, Mujeres que Abrazan la Mar y Placenteria, así como otras mujeres feministas con distintas trayectorias como doulas y activistas. Este proyecto es un espacio para coser toallas íntimas reutilizables, así como para hacerlas accesibles a mujeres y niñas en situación de desigualdad y desventaja de Haití, Cuba, Puerto Rico y otros países. 2:00-3:00PM Conferencia Magistral "El rol de la mujer en el campo bibliotecario y la aportación de Pura Belpré," dictada por la Dra. Ketty Rodríguez Casillas Horario para niños y niñas que asistan: 10:15-11:30 Actividad de creación de títeres de varilla: personajes de cuentos afropuertorriqueños y sus escenarios. Información sobre los libros que se presentarán: “CompayAraña y el buey” Compay Araña y el buey se emparenta con alrededor de 62 versiones en África, el Caribe, América Latina y Estados Unidos. Por eso nada más es una joya de nuestro patrimonio nacional. Pero además es otra historia del Compay Araña, la encarnación puertorriqueña de la Araña africana (Anansi), lo que es otra seña más de nuestro protagonismo en la ruta de nuestros antepasados africanos. En esta narración, Araña pasa un buen susto al tratar de comer más carne de buey de la que su compadre le había sugerido. Esta muestra nos permite confirmar, además, las funciones tan importantes que tenían los estribillos en nuestros cuentos afropuertorriqueños. “La cenicienta puertorriqueña”La memoria oral puertorriqueña guardó este cuento de muchas maneras diferentes. La cenicienta puertorriqueña que presentamos nos cuenta de una mujer fajona y valiente que encuentra su liberación en el trabajo y la solidaridad de las hadas madrinas. Su realización no se la da un príncipe azul. No es la Cenicienta de Disney, es la que nos llegó a través de la cultura hispanoportuguesa. ¡Ven a conocer a esta mujer brava y libre! Segundo Encuentro con Pura Belpré Contacto: Julia Cristina Ortiz Lugo 787-851-8371 Tere Marichal Lugo 787-636-3974 https://www.facebook.com/Homenaje-a-Pura-Belpré |
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